miércoles, 23 de enero de 2008

Tres Evas

Tres Evas y un Adán
se encontraron bajo el mar,
se enredaron sin pensar.
Y fue fresco, más liviano conocerse en el agua.

En la tierra
caminaron, se secaron.
Sed Sed Sed

¡Quiero un árbol con mucha sombra!

¡Quiero un árbol con fruta fresca!

¡Quiero un árbol para morir!

'Ninguna de las 3 va a morir mientras este conmigo'- declamó el Adán cual macho cabrío.

'Yo, quiero morir contigo'-susurró la tercera al oído.

Eso suena dulce y definitivo, pensó Adán.
'Quiero a esa Eva, Ave guerrera
plateada, frondosa y peligrosa'.
Y aunque se lo pidió ella nunca se separó de sus hermanas,
eso sí que no...

Y así fue que al llegar al árbol del descanso
se olvidaron un buen rato del bello Adán.
Les picaba mucho la cabeza pero entre las tres
y con cerveza fría de por medio fue fácil despiojar.
Mientras, Adán se aburrió, dormitó y se acurrucó cual niño en cueva de lobos.
Y del fruto, la verdad, nadie habló.

N.B.: Cuadrito donado para la casita nueva de Agus Munóz ¡Viva! ¡Urra!

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